Ramiro Navajas Santini, Contraalmirante y actual Director de Programas Investigación y Desarrollo de la Armada, se ha especializado en temas relacionados con administración y gestión. Una de sus casas formadoras fue la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción donde cursó un Diplomado y luego el Magíster en Ingeniería Industrial.
Desde Valparaíso y quien tiene a su cargo la administración de los grandes proyectos de la Armada como adquisición de buques y aeronaves, construcción, modernizaciones, proyectos de I+D, entre otros, nos cuenta de su experiencia como alumno de postgrado en el Departamento de Ingeniería Industrial.
Sus inicios en la UdeC se remontan a 1995, año en que decidió estudiar el Diplomado en Ingeniería Industrial con el propósito de ampliar y complementar sus conocimientos y competencias para su futuro desempeño como Oficial de Marina. “Ese año pude comprobar que mi formación, tanto en la Escuela Naval como en la Academia Politécnica Naval, fueron suficientemente completas como para realizar estudios de post grado en la Universidad. Especialmente el área de Ingeniería Industrial es muy a fin a la carrera naval, ya que uno está todo el tiempo liderando personal en la ejecución de un sinnúmero de procesos, tanto en aspectos tácticos, administrativos y técnicos”, explicó.
Luego de haber finalizado exitosamente el Diplomado, se abrió la oportunidad de seguir perfeccionándose, esta vez por medio del Magíster de Ingeniería Industrial, en su primera versión, el año 1997, decisión que agradece hasta hoy.
Entre ejercicios navales y tesis de grado
“El año de tesis, me correspondía participar en el ejercicio RIMPAC 1998 (en la Fragata Almirante Condell), que es el ejercicio naval más grande del mundo en el área de Hawaii. Por lo tanto, debía compatibilizar el hecho de tener que estar navegando un periodo extenso (5 meses) con tener que hacer una tesis. Entonces decidí desarrollar un “Diseño de un sistema de turnos para un buque de guerra, basado en aspectos operativos, fisiológicos y ergonómicos”. La metodología podría ser homologable a cualquier sistema de turnos donde se ejecuten procesos durante las 24 horas del día, por tiempo indefinido y sin apoyo externo”.
Esta idea que podría parecer simple, no lo es. En un buque – explica el Contraalmirante – no hay una empresa externa que prepare las comidas, ni que haga limpieza o bomberos que lleguen a apagar un incendio o ambulancias que arriben en minutos a atender heridos en caso de accidentes. Un buque navegando es totalmente autónomo y para ello tiene decenas de procesos que van haciendo mutar la organización operativa, dependiendo de las circunstancias que debe enfrentar.
“Por ejemplo, cuando el buque está bajo amenaza adopta una organización distinta, dependiendo de la intensidad y tipo de amenaza. Cuando zarpa o recala a un puerto es otra organización y cuando tiene que reaprovisionarse de combustible mientras navega es otra, pero la gente es siempre la misma y dependiendo de los procesos que se ejecutan puede ser más agotador para unos que para otros”, explicó el egresado UdeC, quien puntualiza que el tipo de sistema de turnos que adopte un buque, le permite ser más o menos eficiente y tener más o menos agotado a su capital humano, pudiendo llegar a ser “el sistema de turnos” un factor diferenciador entre dos fuerzas que se enfrentan y que cuenten con similares capacidades de armas.
¿Cuál ha sido el aporte de la UdeC en su desarrollo profesional en la Armada?
“Creo que, aparte de las materias específicas como microeconomía, gestión de operaciones, gestión de la innovación, Recursos Humanos e investigación, el conjunto de conocimientos, discusiones y ejemplos de los profesores generan un “mindset” o forma de pensar muy particular que lo hace enfrentar los problemas de una manera distinta a como lo hacía antes o como lo hacen tus pares”, explicó el Contraalmirante, quien además de reconocer la calidad de los profesores destaca las exigencias del magíster. “Aún recuerdo con detalle muchas de las clases, consejos de los profesores y materias estudiadas, además de conservar todo los libros marcados y subrayados, los que de vez en cuando aún consulto”, puntualizó.
¿Cómo fue su experiencia en la UdeC?
Su paso por Ingeniería UdeC fue una experiencia que recuerda como excelente y enriquecedora, tanto por los docentes como por los compañeros de curso. “En esa primera versión del magíster éramos sólo 8 alumnos, aún mantengo contacto con algunos de los compañeros de curso y profesores. Lo interesante es que, entre los alumnos, habíamos de distintos ámbitos de desempeño y carreras, lo que permitía una discusión muy rica en base a la experiencia y conocimientos específicos de cada uno. Eso fue uno de los factores más enriquecedores del curso”.
Entre los docentes que recuerda con cariños están Lorena Praderas, Alejandro Andalaft, Eduardo Salazar y Cecil Alvarez, entre otros.
Fuente: "Equipo de Comunicaciones, Facultad de Ingeniería UdeC"